CARACAS.- Magglio Ordóñez prepara su retorno a la pelota venezolana, de la que se desprendió hace seis años. El cacique supremo de Caribes de Anzoátegui, que se fracturó el tobillo derecho cuatro semanas atrás, cree que en mes y medio o dos se encontrará en plenas condiciones para jugar beisbol y quiere hacerlo desde diciembre con la tribu, de la que fue miembro fundador. “Estaba esperando un tiempo, pero aprovecho ahora para anunciarlo”, expresó el jardinero de 36 años de edad.
“Hay mucha opción de que juegue en Venezuela esta temporada. He pensado mucho en eso”, mencionó a través del hilo telefónico el falconiano, quien actualmente convalece en su residencia ubicada en la península de Florida.
“Depende, primero que nada, de que me mejore cien por ciento. Si el doctor me da el visto bueno empezaré a hacer swing y a correr, a prepararme para una temporada. Si el médico me autoriza, debo estar jugando en Venezuela a principios de diciembre. No he hablado con la directiva sobre la opción de jugar, pero sería buenísimo que el equipo clasificara y que yo los ayudara a ganar este campeonato; pero vamos a ver qué pasa”.
Ordóñez desea emplearse al máximo y plantarse en el outfield, aunque no garantiza acompañar a los aborígenes hasta donde lleguen. “No te sabría decir, todo depende”, advirtió el campeón bate de la Liga Americana en 2007. “Recuerda que voy a ser agente libre”.
Un trabuco Si todos los bigleaguers que han anunciado su intención de uniformarse con Caribes en efecto se incorporan a la causa, el oriental será un club formidable, con Ordóñez, Omar Infante, Carlos Zambrano y Carlos Silva.
A Ordóñez la idea no le resulta una quimera. “No veo por qué no”, dijo. “Yo creo que voy a jugar. Ojalá que Carlos (Zambrano) juegue, porque le vendría bien, necesita lanzar para agarrar confianza. Silva ha pitchado en Venezuela. Con Omar Infante y los demás muchachos tendremos equipo para estar en la final”.
En el caso de Ordóñez hay una duda razonable: la operación a la que fue sometido el miércoles pasado para reparar la fractura. El jugador dice que el proceso marcha bien. “La operación fue todo un éxito”, mencionó. “No fue necesario usar la plastilina que el doctor tenía pensado colocar. Me pusieron tres tornillos para estabilizar la fractura. En diez días me quitan el yeso y empiezo la rehabilitación sin ponerle peso a la pierna. En un mes tendré el primer chequeo para ver cómo está la fractura y empezaré a caminar. Ahora ando en muletas”.
En buenas manos Ordóñez considera que los médicos tratantes en Detroit lo han atendido correctamente. “Lo primero que hicieron fue esperar”, explicó.
“Fueron conservadores para ver si la fractura se curaba en tres o cuatro semanas. Desafortunadamente, no fue así. El problema con la fractura es que se ubica muy cerca de la coyuntura. Y cada vez que pisara, los fluidos iban a subir a la coyuntura. Eso iba a impedir que el hueso se pegara. Por eso el médico me colocó los tornillos. A lo mejor si me quedo dos o tres meses en muletas la fractura sanaba, pero a lo mejor no. Decidimos arreglar eso y ahora estamos seguros de que en mes y medio o dos meses podré hacer cualquier tipo de ejercicios. Tampoco voy a forzar la barra, no me voy a volver loco. Prefiero tomarme mi tiempo y ponerme en forma para la temporada que viene”.
El coriano cree que seguirá con Detroit el año entrante
A diario aparecen en la prensa de Detroit notas y columnas que dan por sentado que Magglio Ordóñez jugó su último partido con los Tigres. Será agente libre, cuesta dinero y la organización tiene mucha plata comprometida en salarios para 2011. Él, empero, cree que seguirá rugiendo.
“Lo principal ahora es que el tobillo se arregle para volver a jugar”, apuntó.
“De lo que ellos vayan a hacer no te sé decir. Yo hablé con el gerente, con el dueño del equipo, con el mánager. Y ellos me quieren de regreso. Esperaré que ellos hagan sus reuniones para saber cuáles son sus planes; pero me han comentado que regreso al equipo. Depende de ellos y de que yo me mejore. Mi prioridad es Detroit. Si cambian sus planes de que me quede, exploraré la agencia libre. Pero yo quiero quedarme con Detroit. Todavía es temprano, no hemos hablado sobre si hay algún equipo interesado. Lo primero es estar al cien por ciento para ver qué ofrecen los equipos, qué ofrece Detroit”.
El falconiano no se atormenta con esta lesión inoportuna en escala superlativa. “Este es un evento más que uno tiene que superar”, afirmó. “Desafortunadamente, me tuvo que tocar a mí en mi último año de contrato. Estoy aquí, con mucha paciencia, pensando en recuperarme y prepararme para la próxima temporada. Como ya lo hice el año pasado, tendré que trabajar el doble”.
Ligando por los paisanos El Magglio Ordóñez del postoperatorio es más hogareño, pues tiene menos autonomía de vuelo. Se levanta temprano, lleva a sus hijos al colegio, hace ejercicios para la parte superior del cuerpo y ve juegos de pelota. “No me aburro, estoy con la familia, que es lo más importante”, sostiene. Desde su sillón hace votos para que Miguel Cabrera sea Más Valioso de la Americana. “Es una superestrella y todavía le queda tiempo para ganarle a Hamilton”, opina. “Hamilton está sobre .350, y cuando uno está ahí siempre va para abajo, mientras Miguel se mantiene. Ojalá que en la Nacional los venezolanos sean uno, dos y tres en bateo”.
