NUEVA YORK.- Ni en el mejor de los sueños de José Tábata, la joven promesa venezolana de los Piratas de Pittsburgh, estaba llegar a Grandes Ligas y batear sobre .300 de un sólo golpe.
En la realidad, eso es lo que ha hecho el pelotero de 21 años desde que se incorporó a los bucaneros el 9 de junio. En su primer turno, ante John Lannan, conectó su primer imparable en las Grandes Ligas. No ha parado de batear desde entonces.
Antes de disputarse la jornada del miércoles, Tábata bateaba .307 y tenía un porcentaje de embasado de .356. Ambos eran cifras topes entre los regulares de los Piratas de Pittsburgh. Que no serán los Yanquis de Nueva York, pero juegan en las mayores.
Tábata –que también tiene 18 dobles, dos triples y cuatro jonrones- ha dado más hits (102) desde ese 9 de junio que todos los bateadores de la Liga Nacional con una sola excepción: su compatriota Carlos González, quien ha dado 116.
“Siendo mi primer año, esperaba como un .280, un pelotero normal, a ver qué pasaba en la liga, a ver si me adaptaba rápido”, reconoció Tábata después de una práctica de bateo esta semana en Citi Field. “Pero he tenido la oportunidad y la suerte y me está yendo bien. Creo que es parte del trabajo que he venido haciendo. Y al fin de cuenta es el mismo beisbol”.
Entre los jugadores venezolanos, es el 9no que consigue 100 o más hits en su primera temporada y apenas uno de tres que lo hace antes de cumplir 22 años. Los otros son Oswaldo Guillén y Elvis Andrus.
Haber comenzado tan bien –dio hit en ocho de sus primeros 10 juegos- le sirvió a Tábata para quitarse rápida cualquier tipo de peso de encima.
“De verdad nunca tuve presión, ni nada. Me puse en la mente que estaba en AAA y siempre fui agresivo”, explicó Tábata. “Me mantuve confiando en mis manos”.
La habilidad del venezolano para reconocer lanzamientos y ajustarse en cada turno ya ha sido alabada por sus jefes en Pittsburgh.
El manager, John Russell, dijo hace un par de tardes que es difícil “engañarlo dos veces con el mismo pitcheo en un juego”.
“Obviamente, ha hecho un muy buen trabajo”, se expandió Russell. “Para su edad, es un jugador muy maduro. Su manera de tomar los turnos, puede usar todo el campo. Y desarrollará poder con el tiempo. Todo lo que hace es con energía. Estamos muy emocionados con José”.
Las palabras de Russell sobre el carácter de Tábata cobran más valor tratándose de un jugador que durante sus años con los Yankees -la organización que lo firmó originalmente- protagonizó algunos episodios que le valieron un par de jalón de orejas.
Pero los años (¿quién no hace alguna tontería a los 18?) no han pasado en vano y hoy nadie se queja de su compromiso.
“Son cosas que uno pasa en el beisbol. En ligas menores era un poco inmaduro”, confesó el bateador derecho. “Hay que hacer un ajuste aquí en Grandes Ligas. No es que estoy diciendo que en ligas menores no se juega para ganar, pero aquí hay como un compromiso de jugar para ganar todo el tiempo”.
“Tú ves un muchacho mucho más maduro”, lo describió Carlos García, el manager del Magallanes que es coach de primera base de los Piratas. “Aquí se le dejó claro desde un primer momento cómo eran las cosas. Creo que eso, más la experiencia, lo ha ayudado a entender que la indisciplina no es aceptable”.
“Hoy es el pelotero que cualquier manager quiere tener”, siguió García. “Te da todo en el terreno. Un pelotero completo”.
Hablando de jugadores completos, Tábata también se ha robado 17 bases este año.
En ese proceso de madurez influyó mucho un episodio que sólo parecía posible en las telenovelas de la tarde.
A principios del año pasado su esposa –una mujer mucho mayor que él- fue detenida tras raptar un bebé de una pareja de inmigrantes ilegales. Quería hacerlo pasar como hijo del pelotero. La policía siempre tuvo claro que Tábata no estuvo involucrado y lo absolvieron rápido. La relación, obvio, terminó en el acto.
“Son cosas que pasan en la vida”, recordó Tábata. “Me ha ayudado mucho mi familia, recordar de donde yo vengo. Por eso estoy donde estoy. Ya eso es pasado y ahora estoy en Grandes Ligas. Creo que sí, que soy un poco fuerte de mente para soportar todas esas cosas”.
“Haber pasado por lo que pasó José hace apenas año y medio y ser capaz de eliminar eso como una fuente de distracción, es algo realmente admirable”, destacó Neil Huntington, gerente general de Pittsburgh. “Es un muchacho muy fuerte mentalmente. Ama el juego y lo único que le importa es ayudar a su equipo y jugar bien al beisbol”.
El próximo paso para el venezolano, dijo Carlos García, es seguir adquiriendo la necesaria experiencia. Aprender todo lo que pueda.
“Cuando tienes éxito te empiezan a buscar cualquier debilidad de tengas”, explicó el técnico. “Y tienes que ajustarte”.
Hasta ahora, Tábata lo ha hecho. ¿Lo seguirá haciendo? Nadie parece dudarlo en Pittsburgh. No después de lo que han visto.
“En los entrenamientos primaverales nos impresionó con la clase de turnos que tomaba”, dijo Huntington. “Pero decir que pensábamos que iba a batear tan bien, pues no. Ha superado nuestras expectativas”.
Luchará para jugar con Caribes
La plana mayor de los Piratas de Pittsburgh no quiere que José Tábata juegue en Venezuela y ya lo colocaron en la lista de fatiga extrema. Si Caribes de Anzoátegui quiere tenerlo en sus filas, será sólo después del primero de diciembre.
“Es una manera de protegerlo, porque él quiere ir a jugar y lo sabemos”, dijo Neil Huntington, el gerente general de los Piratas. “Es posible que, a regañadientes, terminemos aceptando que vaya en algún momento. Pero en este instante, preferimos que trabaje en la parte física y se prepare para el año que viene. Ha jugado mucho. Necesita descansar”.
John Russell, el manager de los bucaneros, comparte la posición del gerente cuando se le pregunta si jugar en Venezuela sería bueno para Tábata.
“No, probablemente no sea algo bueno”, dijo Russell, “ha jugado mucho”,
Pero Tábata quiere jugar y piensa hacer lo posible para conseguir el permiso.
“Estamos trabajando en eso con mi abogado, ya que no me gusta estar mucho en la casa. Me sentaré a hablar con ellos”, dijo el jugador. “Pero yo quiero jugar en mi patria. Me siento un poco cansado. Pero no es una cosa que digamos, ‘guao, no puedo jugar’. Puedo descansar un mes y ya”.
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