VALENCIA.- Brayan Villarreal viene de cumplir con su mejor temporada en las granjas de los Tigres de Detroit. Sus estadísticas lo avalan y al momento que Caribes de Anzoátegui decida estructurar la rotación, deberán tomar en cuenta el nivel del lanzador derecho.
El nativo de Vargas finalizó su más reciente incursión en las Ligas Menores, en la clase Doble A. Un nivel prácticamente exclusivo para los prospectos de cada organización.
“Estoy pasando por tremendo momento. Considero que tuve un gran año en Estados Unidos. Todo estuvo bien, gané experiencia y la organización quedó contenta con la efectividad”, confesó Villarreal tras finalizar el noveno día de prácticas de los indígenas.
Según la gerencia de Caribes, hasta cuatro serpentineros foráneos podrían ser parte del staff de iniciadores.
Villarreal posee una recta, que suele moverse, como principal arma y se aprovecha de ella para retirar a sus rivales. Entre A (fuerte) y AA recetó 136 ponches en 129.1 capítulos.
“La recta estuvo muy buena todo el año. Llegué a lanzarla hasta 96 millas por hora. Siempre estuve por encima de las 90. Constantemente podría decir que me mantuve entre 92 y 93 millas”, explicó el derecho.
El resto del repertorio de Villarreal se ajusta a sus necesidades. “Mejoré mucho el cambio y el slider tuvo excelentes resultados. En líneas generales todos los pitcheos se mostraron en su punto”.
Como todo brazo que luce en el béisbol estadounidense y anhela lanzar en el invierno, hay ciertas reglas a seguir para poder actuar en Venezuela.
El mánager Julio Franco tendrá la última palabra sobre la función de Villarreal con los orientales. Lo cierto es que tendrá un máximo de 75 pitcheos cuando sea abridor. De lo contrario, no debería excederse de tres entradas o 50 envíos.
Cada salida al morrito tiene descanso obligatorio. “Como todo abridor debo descansar cinco días. Cuando venga de relevista y cumpla los tres actos, serán tres días para recuperarme. Si cumplo con una labor de dos o un inning, serían dos o un día sin jugar”.
Villarreal vio acción en 24 duelos en 2010, todos como abridor. En clase A registró siete laureles y cuatro caídas. En 85.2 entradas permitió 73 hits, 37 rayitas (33 limpias), 90 ponches y 3.47 de efectividad. En AA su marca fue de 0-4 (3.71 efectividad, en 43.2 IP).
“La verdad que me siento cómodo en los dos roles. Pero si el equipo me necesita como abridor, estaré dispuesto a cumplir”, confesó el serpentinero Villarreal.
Apenas se inicie la justa, los orientales alternarán detrás del plato a Gustavo Molina y Eliézer Alfonzo. Ambos con amplios conocimientos de la liga. “Sería buenísimo tenerlos a ellos detrás del home. Sería la primera vez que lanzaría con receptores de experiencia. Eso ayudaría a ganar confianza”.
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