lunes, 20 de septiembre de 2010

Con su desempeño, Infante se ha ganado el respeto de todos


NUEVA YORK -- Cuando Omar Infante fue seleccionado para el último Juego de Estrellas, las burlas y las críticas llovieron parejo.

¿Cómo era que un utility sin puesto fijo con los Bravos de Atlanta podía ser convocado por el manager Charlie Manuel mientras que Joey Votto tenía que esperar el resultado del voto por internet?

Abrumado por la recepción negativa, el propio Infante admite que quiso renunciar al clásico que se disputó en Anaheim.

"Fue difícil para mí, en las críticas mucha gente tenía razón. No tenía los números suficientes para ir al Juego de Estrellas, mientras habían muchos peloteros que de verdad se lo merecían", declaró.

Manuel, el piloto de la Liga Nacional, simplemente se inclinó por el valor que aportaba el venezolano a su equipo, al contar con un jugador polifacético que ha jugado en cinco posiciones diferentes esta campaña.

"Yo le decía a mi familia, 'la culpa no es mía, yo no tomé esa decisión, la tomó el manager y yo no puedo decirle que no al manager'", recordó Infante.

Ahí fue donde intervino su esposa Yohanna, diciéndole: "'Tienes que ir porque profesionalmente te lo has ganado, te lo mereces'".

Más de dos meses después, ya nadie se burla de Infante.

Ahora es el actor principal de una historia asombrosa, que podría concluir con uno de los campeones de bateo menos esperados en la historia reciente.

De momento, Infante no aparece en la lista de líderes de promedio de bateo en el Viejo Circuito. Pero eso se debe al formalismo de que aún no suma suficientes apariciones.

Se requieren 502 y al comenzar la jornada del sábado sumaba 443. Le quedan 14 partidos para llegar a la mágica cifra de 502, es decir toda una carrera contra el tiempo.

Aún cuando se quede corto, a Infante se le podrán sumar turnos en blanco y saldría campeón de bateo mientras mantenga el promedio más alto. Fue la fórmula con la que Tony Gwynn ganó un título en 1996, año en el que su promedio fue reducido de .364 a .359 e igual quedó primero.

El actual promedio de Infante es de .339, apenas dos puntos porcentuales detrás de su compatriota Carlos González de los Rockies de Colorado.

"Yo quisiera ese regalo, es el sueño de todo bateador", afirmó Infante, de 28 años. "Yo quiero que sea entre los venezolanos. Pase lo que pase yo estaré contento".

Cualquiera de los dos se convertiría en el tercer venezolano que conquista un título de bateo, siguiendo los pasos de Andrés Galarraga en 1993 con Colorado y Magglio Ordóñez en 2007 con Detroit.

Infante ya había hecho un aviso de su capacidad al batear para .305 en 2009, pero su acumulado hasta antes de esa campaña era de .260.

Lo que ha ocurrido este año es que como nunca ha tenido más tiempo de juego a raíz de las lesiones de compañeros --su compatriota Martín Prado y Chipper Jones-- abriéndole paso en la alineación.

Pasó a ser pieza diaria en la alineación que confecciona el manager Bobby Cox cuando Prado fue colocado en la lista de lesionados el 30 de julio.

Desde entonces, Infante batea para .348, .391 de embasado y .478 de slugging. A ello deben incluirse 23 juegos con más de un hit y 34 carreras anotadas.

"Nunca lo ves desperdiciando un turno", dijo Cox sobre su primero al bate. "Es la clase de jugador que no puede faltar en un equipo".

"Lo que ha hecho no tiene precio, ha sido nuestro salvador", añadió Jones, el tercera base cuya lesión en la rodilla izquierda le dejó fuera de la temporada. "No trata de hacer de más y es paciente en el plato. Tiene clara la idea sobre el arte que es aprovechar todo el terreno".

El infortunio de Jones, acaecido el 10 de agosto, fue lo que provocó que Infante quedase instalado en la intermedia y Prado en la antesala. Y hay otro venezolano en el cuadro interior de Atlanta. Se trata de Alex González, el campocorto que adquirieron de Toronto antes de la fecha límite de cambios.

"No sabes lo orgulloso que me hace sentir el vernos a los tres todos los días", dijo Infante.

Se puede decir que Infante ha demostrado, tras todos los cuestionamientos, que realmente tenía los atributos para estar en un Juego de Estrellas

"Siempre en la pelota pasan cosas que uno no se espera y por eso siempre digo que hay trabajar. Este año se me abrieron muchas oportunidades. La elección al Juego de Estrellas me ayudó mucho como motivación", sostuvo. "Hace tiempo que no agarraba 400 turnos. Estoy contento porque el manager me ha dado tantas oportunidades y yo las he aprovechado".

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